sábado, 30 de abril de 2011

Sábato escéptico

99, nunca los 100… Quizá por vocación de incompletad, de mejoría, no quiso redondear.

Casi religiosamente, al que se asomó a todos los abismos y se abismó en la ceguera de la maldad humana, rigurosamente dudoso del porvenir, se le cuela la esperanza por los resquicios de esos no 100.

Se preservó de la certeza y voló con su último suspiro vaya a saberse dónde...