jueves, 9 de abril de 2009

Algo de Nada…

La sensación de estar completa, llena, es exactamente la opuesta de estar vacía… El vacío es la muerte, pero he de aquí que la completud también, o al menos así creo. Si el universo se expande ocupando cada vez más espacio, lo hará hasta finalmente morir… Eso tiene un nombre, entropía, que significa la introducción del azar en un sistema, un desorden o disfunción . También existe la entropía para los agujeros negros, y así se explica el nacimiento del universo, a partir del big-bang o gran explosión de un agujero negro de altísima densidad… El Todo y la Nada, la muerte y el nacimiento en la excelente película de Kubrick, Marte como escenario de la odisea. Bueno, todo esto para discurrir acerca del domingo pasado y sus aconteceres…

Pienso, y creo estar equivocada. Sin embargo de no sentir esa sensación que dejó entrar un poco de nada, o de Nada, nunca hubiera ocurrido lo que ocurrió… Como la H, muda completamente para esta región ya que ni siquiera la aspiramos, que existir, existe, no cabe duda, y además nos cuidamos muy bien de ponerla como corresponde en el lugar preciso. Bueno, como les decía, suelo respetar la ortografía y cerrar muy bien las puertas que comunican con lo intangible, lo místico, lo religioso o lo inexplicable. No es cuestión de andar dejando espacio para que entre lo desconocido. Bueno, ese día no tenía todo bien agarrado, la lógica me resultaba aburrida y había estado tirando el I-ching. No para saber o preguntar acerca de algo en particular sino para jugar un poco…El I-Ching para mí tiene gusto a barrio y amistad casa de por medio, como llenar el tiempo de higuera , laureles y tardes enteras. El I-Ching es Adriana.

A veces, siendo de un signo de aire, géminis, necesito dejar lugar a la improvisación como para esperar algo de azar y sentirme sorprendida, entreabrir y entrarme a explorar en otros territorios. Bueno, como les contaba, eso fue lo que pasó ese domingo…

También es preciso desconocer lo ocurrido, al menos si se quiere seguir gozando de credibilidad, y por sobre todo no andar abonando famas que a la corta o a la larga terminen perjudicándola a una… Bueno, por eso pongo en duda todo, y más, podría decir que fue efecto de la tenue luz de ese domingo de otoño a las seis de la tarde. Sí, fue el domingo pasado, precisamente hace tres días, pero también se puede acrecentar la distancia-tiempo, sacarle eso de sentirlo tan “vivido”. y ubicarlo “a lo lejos y hace tiempo”.

Mi amiga Adriana estuvo conmigo, y fue así, así nomás, vino a visitarme, claro que si no les digo que ella murió hace tres años para cuatro, les parecería muy natural… Y no sólo ella sino también mi mamá, que le trató de explicar que las cosas debían ser como eran… Cabe aclararles que mi mamá murió hace cinco años…

Podría contarles que tenía dormidera, sensación de pesadez, que hacía esfuerzo por no quedarme dormida hasta que finalmente ocurrió, sin embargo no fue así. Otra fue la vez que me visitó Adriana cuando dormía y estoy segura que por la misma razón. El domingo estaba despierta, bien despierta y cuando vuelvo de la cocina con una taza de té con leche estaba allí sentada, la verdad, no me asusté. Le pregunté que qué hacía, lo primero que pensé era que también yo estaba por morir, pero no, no era eso, lo supe aunque no me habló. Ahí pensé que como lo hizo siempre en su vida, venía a contarme sus problemas, sólo que esta vez no hablaba, o al menos yo no podía comunicarme con ella, no me escuchaba… Entonces apareció mi vieja, que con mucha naturalidad le dijo que así debía ser y que lo olvidara… Era su marido, su ex –marido porque ahora era viudo, ella lo amaba y sin duda él a ella . Bueno, ahora estaba flaco y mas feliz, y ahí me entero por lo que decían Adriana y mi vieja que estaba saliendo con una mujer… Había estado largo tiempo descuidado, engordando hasta peligrosamente para alguien con antecedentes familiares de infarto y cincuenta años de edad. Catapultante mi vieja, mandó todos sus argumentos y los sentimientos de Adriana por los aires, sin miramiento. Pobre Adriana. Mi vieja era Escorpio y Adriana había nacido el mismo día que su hermana menor, un aries explosivo y sentimental, con mucha polenta pero incapaz de oponerse a las certezas sin misericordia que provienen de la naturaleza impiadosa del escorpión: “Y mejor que bendigas esa relación si la mujer es buena”, “por tus hijos”, agregó. En eso sonó el teléfono y ambas desaparecieron, ya no estaban.

Puedo hacer esfuerzos por creer que fue un sueño, aunque, para ser honesta con Uds, lo que racconto tuvo tanta realidad como la mía ahora escribiendo frente a la computadora…Sus presencias eran casi palpables, aunque solamente fui espectadora, también es cierto que nada podría haber dicho, me había quedado sin palabras, con lo difícil de imaginar para el que me conoce. Quizá porque no tenía consuelo para darle a mi amiga, a lo mejor también me faltaba ella a mí para escucharme. Lo cierto es que aprendí que los muertos consuelan a los muertos, o resuelven sus problemas, como lo hizo mi vieja al mejor estilo “Chinulli”, ese era su apodo y así la llamaba Adriana

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